La actividad física, dieta mediterránea y AOVE mejoran la autoestima

Un nuevo estudio revela que combinar actividad física regular y una dieta mediterránea enriquecida con aceite de oliva virgen extra (AOVE) puede ser la clave para mejorar la imagen corporal y reducir el riesgo de trastornos alimentarios, especialmente en personas con sobrepeso y obesidad.

Investigadores  de las universidades de Salónica y Tesalia han descubierto que, a pesar de que las personas con sobrepeso y obesidad suelen sentirse menos satisfechas con su cuerpo, aquellos que hacen ejercicio regularmente y siguen una dieta mediterránea suplementada con aceite de oliva virgen extra presentan una mayor autoestima y no muestran tendencias a desarrollar trastornos alimentarios.

¿Cómo funciona esta combinación?

La actividad física no solo ayuda a quemar calorías y mantener un peso saludable, sino que también libera endorfinas, hormonas que mejoran el estado de ánimo y reducen el estrés. Por otro lado, la dieta mediterránea, rica en frutas, verduras, aceite de oliva y cereales integrales, proporciona los nutrientes necesarios para un buen funcionamiento del organismo y contribuye a una sensación de bienestar general.

Beneficios más allá de la báscula

Los resultados de este estudio sugieren que los beneficios de combinar ejercicio y dieta mediterránea van más allá de la apariencia física. Esta combinación puede ayudar a:

  1. Mejorar la autoestima: Al sentirse más saludables y en forma, las personas tienden a tener una mejor opinión de sí mismas.
  2. Reducir el riesgo de trastornos alimentarios: La actividad física y la dieta mediterránea pueden ayudar a prevenir trastornos como la anorexia y la bulimia.
  3. Prevenir enfermedades crónicas: La dieta mediterránea y el ejercicio regular están asociados con un menor riesgo de enfermedades como la diabetes, las enfermedades cardiovasculares y algunos tipos de cáncer.

¿Qué podemos hacer?

Los resultados de esta investigación tienen importantes implicaciones para la promoción de la salud. Tanto las autoridades sanitarias como los profesionales de la salud deben fomentar la práctica regular de ejercicio físico y la adopción de una dieta mediterránea, particularmente rica en AOVE, como parte de un estilo de vida saludable.